Este libro quiere ser una sutil, atenta y cuidadosa lectura de las respuestas que la filosofía alemana de la época clásica ensayó a darle al terror revolucionario francés. Entre la clase ilustrada de la dividida nación germánica de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, no se habría tardado en sublimar la imposibilidad de una revolución política efectiva con el argumento de que tampoco es que fuera necesaria: al haber pasado ya por la Reforma Protestante, en Alemania no hacía tanta falta una revolución en la práctica cuanto una en la teoría.

En la más sofisticada de sus versiones, Hegel ofrece en la "Fenomenología del Espíritu" una fascinate variación de esta doliente letanía que, si a un tiempo parece apuntalarla, a otro permite desmontar cómo se ha construido históricamente esta suerte de duelo deleitoso por el trauma de la existencia histórica.

Rebecca Comay explora, analiza y deconstruye la experiencia traumática de una "miseria alemana" que se revela en toda su universalidad y que pone de relieve el carácter siempre virtual, delegado, voyerista, incompleto y diferido de toda experiencia. Una nueva atalaya desde la que contemplar la preocupación contemporánea con los conceptos de catástrofe, revolución, testimonio, memoria y perdón.