El interés de esta recopilación de estudios recae en el hecho de analizar la elaboración del libro miniado durante un periodo cronológico, que incluye las últimas manifestaciones góticas y los primeros códices elaborados, de acuerdo con las pautas formales del Renacimiento. La línea divisoria que separa los dos períodos no se rige por una cronología estricta, sino que en función de la situación particular de cada uno de los estados europeos se manifiesta la persistencia de la tradición gótica o se percibe la oración del nuevo lenguaje formal creado a la Toscana. Esta exibilidad ha permitido reconstruir la creación de manuscritos y iluminados a lo largo del siglo XV y principios del XVI, ponderando la variedad de propuestas estéticas que convivieron entre sí, durante este periodo. El análisis de varios centros de producción artística y del papel protagonista llevado a cabo por destacados promotores de la envergadura de la realeza, la aristocracia castellana o la curia papal, enriquecen esta visión de conjunto. Finalmente, el estudio de los manuscritos elaborados en Roma, durante el Duecento, plantea una reflexión sobre la reinterpretación del mundo clásico, con todas las connotaciones iconográficas e ideológicas que implicó la recuperación de este legado en una fase previa a la gran eclosión del Renacimiento.