Volvemos a casa después de comprar pescado, apenas sin querer echamos un vistazo al periódico que lo envuelve y leemos: "Unos niños encuentran en una cueva de Burgos restos de un subjuntivo del Paleolítico Superior"; "Hallados dos artículos determinados junto a fósiles del Homo habilis". Poco probable, ¿verdad? El lenguaje no deja rastros fósiles, y este hecho es uno de los primeros obstáculos para el estudio de su prehistoria. Sin embargo, en los últimos años hemos presenciado un desarrollo en varias disciplinas científicas que puede arrojar cierta luz sobre el problema de los orígenes del lenguaje en la especie humana. Contamos ahora con información relevante que proviene de los campos de la lingüística, la antropología, la paleontología, la arqueología, la genética, los estudios del comportamiento animal, la neurología,, la sociobiología y la teoría de la evolución, por citar sólo los más importantes. En este libro se resumen, de manera accesible y para el lector no especializado, la mayor parte de estas nuevas ideas.