En Periferia una adolescente descubre el apoyo entre mujeres gracias a las Brígidas de su colonia; los pasajeros de una combi prefieren dar vueltas en círculos que estar detenidos en el tráfico; la fundadora de Oniria Company, una empresa que vende siestas, es entrevistada por un reportero; un soltero aprende a bailar con una sombra que a lo mejor es de sí mismo; una mujer se convierte en paloma en plena meditación guiada; una familia donde cada miembro cumple con dos roles conduce a una de sus integrantes a funestas consecuencias; una lectora conoce en el metro a otra mujer que se reúne diariamente con Josefina Vicens, Inés Arredondo y otras escritoras mexicanas; trabajadores narran su experiencia en una empresa que se dedica a vender cuerpos de repuesto; un académico del futuro escribe un alegato sobre la espiritualidad de los mexicanos del presente; una secta promete búsqueda interior, conocimiento de sí mismas y purificación espiritual a jóvenes mexicanas; un sicario pronostica la segunda venida de Quetzalcóatl; un hombre cambia a su prima por una moto; una chica urde una mortaja para atrapar a su novio. Las historias inexplicables de este volumen de ficción están espeluznantemente cerca de los tiempos agobiantes que vivimos y de las instituciones que nos rigen.En estos inquietantes relatos de Diana del Ángel, lo fantástico se funde con lo cotidiano en una potente brevedad que logran solo las mejores cuentistas. Gracias a meditaciones forzadas, instituciones inservibles o empresas millonarias que venden lo impensable, nos acercamos a la espeluznante presencia del misterio en el día a día. Como un muestrario de los discursos que hay afuera, Periferia reúne las voces de lo incomparable: aquí los yoguis, los patrones, las curanderas, el transporte público, los académicos y los sicarios tienen algo en común. Evidencian con severidad e ironía las grandes contradicciones de las ciudades modernas; lo que estamos dejando pasar, lo que ya está más allá de nuestras manos y lo que dirán de nosotros?si el mundo sobrevive?quienes en el futuro estudien a la humanidad.Con un lenguaje heterogéneo que moldea la forma del cuento con maestría, Diana del Ángel reúne piezas breves como un muestrario crudo de lo que estamos dejando pasar, de lo que ya está más allá de nuestras manos y de lo que dirán de nosotros ?si el mundo sobrevive? quienes en el futuro investiguen esta idea llamada humanidad."En su primera colección de cuentos, Diana del Ángel transforma el mundo familiar de la periferia urbana en un espacio de extrañeza radical. Con personajes y situaciones que son tan vívidas como inolvidables, tan inquietantes como cercanas, pasamos del realismo más cruento hasta la ficción especulativa. En estos relatos Diana muda la piel de poeta y se convierte en el espejo que nos permite hurgar en nuestras heridas". Gabriela Jáuregui?Diana del Ángel tiene la destreza de oír las voces de las infancias periféricas de la Ciudad de México y convertir su pulsión de vida (o muerte) en literatura?. Belén López PeiróDiana del Ángel (Ciudad de México, 1982). Escritora y defensora de derechos humanos. Doctora en Letras. Actualmente coordina el Seminario de Investigación en Poesía Mexicana Contemporánea. Candidata al Sistema Nacional de Investigadores de México. Fue becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas de 2010 a 2012. Ha obtenido las residencias artísticas del CALQ-FONCA en Montreal (2014), del Fondo Ventura/Almadía en Oaxaca (2017) y del IWP (International Writing Program) en Iowa (2021). De 2002 a 2017 formó parte del taller ?Poesía y silencio?. Algunas de sus traducciones del náhuatl al español han sido publicadas por la revista Fundación. Perteneció al CGH de la Universidad Nacional Autónoma de México (1999-2000). Durante dos años habitó la casa okupa Chanti Ollin. Ha publicado Vasija (2013), Procesos de la noche (2017), Barranca (2018), Lucrecias (2021) y artículos en diversas antologías, revistas y medios digitales. Actualmente realiza una estancia posdoctoral en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM con el proyecto ?Las escritoras mexicanas y el voto femenino: una aproximación al patrimonio documental impreso mexicano a través de cuatro revistas en los años 1951-1955?.?La célebre frase de Balzac: ?Toda gran fortuna se construye sobre un crimen?, parece no aplicar a Guadalupe Juárez, quien ha resultado, según el portal Forbes, una de las mujeres más ricas del mundo. La oriunda de Guerrero es la primera mexicana en aparecer en esta prestigiosa lista. La Reina del sueño, como también se le conoce, construyó un emporio revolucionario en uno de los momentos más difíciles para su país natal. Lupita, como la llaman sus cercanos, no es muy afecta a los reflectores, sin embargo, concedió una entrevista a este humilde reportero. Nos encontramos en el complejo Oniria Company, ubicado al noreste de la antigua CDMX, donde se aloja la residencia de esta extraordinaria emprendedora. Como se sabe, Lupita llegó a la entonces Ciudad de México, a mediados del siglo XXI. Traía consigo una pequeña maleta, que contenía un par de mudas de ropa, unas sandalias, unos cuantos enseres personales y lo más importante: una hamaca, regalo de su abuela, también nacida en la Costa chica del Pacífico. Cuéntenos un poco sobre esto, sabemos que en principio Oniria Company utilizó las hamacas por su economía, pero pronto fueron reemplazadas por sillones reclinables que dan mayor comodidad y descanso a los usuarios. Naturalmente, el giro revolucionario del negocio vino con la integración de los sillones con baño seco; desde entonces la tecnología no ha hecho sino añadir más elementos en favor del reposo diario. Pero volvamos al comienzo, quizá lo más relevante, usted me corregirá, y desagradable de esos días eran los viajes desde Ciudad Nezahualcóyotl hasta Santa Fe, donde por cierto acaban de inaugurar Patio Morfeo, que alberga las oficinas administrativas. En esa época usted trabajaba en uno de los operativos, ¿cierto? Era, digamos, una de las muchas godinez que intentaba endulzar su tediosa jornada laboral con un mocachino y galletas de chocolate. Para los no familiarizados con este tipo de trayectos, valga decir que además de abordar el metro desde Pantitlán hasta Tacubaya, es decir, la línea entera, era preciso tomar un microbús, cuya lentitud solo es comparable con la ineficiencia de los conductores. Pero en uno de esos viajes, Guadalupe tuvo una revelación, ¿no es cierto? ?¡No sabes lo que hubiera dado por echarme una pestaña a gusto!?, así fue como resumió su cansancio una noche de abril, ¿verdad? Y de ahí, surgió la idea que se convertiría en un gran negocio?.