Rosangela no es el tipo de mujer que se apiada de su suerte. Y eso que ha tenido experiencias muy duras. Maltratada por Max, el padre de sus dos primeros hijos Manu y Lisa, vivió luego con otro hombre que le dio otro hijo, Bruno, antes de fugarse con los ahorros de la familia. Mujer valiente, ha sabido reorganizar su vida y se ocupa de dos atracciones de feria en una ciudad del sur de Francia. Sin embargo, su equilibrio va a ser sometido a una difícil prueba: quince años después de haber abandonado a Max, éste vuelve a aparecer, para celebrar, en principio, el decimoctavo cumpleaños de su hija Lisa. Pero Rosangela ha cambiado, ya no es la jovencita indefensa de ayer y no está dispuesta a dejarse manipular. Al bosquejar este retrato corriente de una mujer corriente, los autores consiguen un relato profundamente emotivo y de gran sensibilidad, embellecido por un dibujo a color directo que se integra perfectamente con la narración.