La aventura teatral de esta extraña pareja, que ahora se desnuda en el escenario.

Este es casi un librito teatral; una propuesta de representación que hace tiempo -¡mucho! - deberían haber entregado dos amigos para justificar la subvención que se atrevió a concederles un pobre consejero de cultura muy bien engañado. Pero tratándose de Carles Flavià y Jaume Sisa, no es de extrañar que la cosa no llegara nunca a buen puerto... Unos años después, finalmente, llegan al teatro con Tan bé que anàvem... para sacar a la luz esa pieza inédita i así confesarse de uno de los más existosos ejercicios de malversación que nunca se ha visto en este país. Tan bé que anàvem... es algo parecido a una sopa primigenia. Es un compendio de malentendidos y reproches, pero sobre todo es un espejo ante el cual dos artistas, cara a cara, se desnudan a través de escenas inauditas, que van desde el sexo en vivo en el mercado de la Boquería hasta a lecturas del Evangelio después de una noche de fiesta, apsando por herencias consistentes en una colección completa dle Capitán Trueno y del Jabato, y por disertaciones en que no se salvan ni las viudas, ni los consejeros, ni los cantautores kumbayás, ni als ex de dudosa reputación.