Nicolás Sarkozy no sólo es el ministro del Interior de Francia, el número dos del gobierno y el principal candidato del oficialismo para las elecciones presidenciales del año próximo. Es, además, el escritor más vendido. Su libro más reciente, "Testimonio", salió a la venta el 17 de julio y ya está primero en la lista de best-sellers de Fnac, la librería más importante de su país, yáquinto en el listado de la versión francesa deáAmazon, detrás de tres novelas y un libro de cocina.

En "Testimonio", que se vende a poco más de 16 euros, Sarkozy hace algunas afirmaciones polémicas. Por ejemplo, se manifiesta contrario al modelo de bienestar social vigente y propone cambios radicales. "Francia necesita trabajar duro y ser menos arrogante", sostiene. Enfrentado con el presidente, Jacques Chirac, y el primer ministro, Dominique de Villepin (ambos copartidarios suyos), promete que si llega al poder romperá con "la manera en que hemos estado haciendo política durante años". Si se cumplen las previsiones, Sarkozy será el único candidato de la gobernante Unión por un Movimiento Popular (UMP), en lo que sería la primera vez desde 1974 en que ni el presidente ni su primer ministro se presentaran a la elección.

El éxito de ventas de "Testimonio" -el quinto libro que publica Sarkozy, de 51 años, quien además expresa sus ideas en un blog- hizo que, luego de una primera edición de 130.000 ejemplares, se imprimiera rápidamente una segunda tirada de 100.000. El autor dice haber apresurado su publicación porque "el único momento en que los franceses hablan de política con sus familias es en vacaciones". Incluso, en su libro hay un pasaje dedicado a la historia de su ruptura y posterior reconciliación con su mujer, Cecilia Sarkozy. En noviembre, el ministro había protagonizado un escándalo al impedir la publicación de un libro que contaba la historia de la separación.

Sus rivales lo acusan de oportunismo. Desde la izquierda, apuntan que él habla como si estuvieraáen la oposición y, desde la derecha, que se pasa a la oposición pero que mantiene el poder. Si el año que viene se transforma en el presidente francés, habrá que ver cuántos libros más es capaz de vender.

Fuente: agencias