René Merino comparte sin tabús cómo superó sus problemas de salud mental.

Con la sensibilidad y lucidez tan propias de su lenguaje, René Merino decide compartir su historia personal lidiando con la ansiedad y los problemas de salud mental. Tras una época de angustia desencadenada por la pérdida de trabajo, el autor entra en una espiral de síntomas (ansiedad, insomnio, ataques de pánico ) que le condicionan hasta el punto de no poder seguir con su rutina habitual: uno de esos momentos en la vida en los que alguien «se rompe». René lucha contra su enfermedad y sus prejuicios hasta que al fin busca ayuda profesional y empieza a remontar. Al hacerlo, nos abre los ojos sobre nuestras propias ideas preconcebidas y nos hace partícipes de un emotivo viaje hacia la sanación en el que muchos nos veremos reflejados.

«Nací en Madrid en 1980 y, prácticamente desde que puedo hacerlo, me dedico a dibujar encima de todo lo que tengo a tiro, lo que, por cierto, me costó en su día algún que otro disgusto: con mi madre por dibujarme en las manos, con los profes en el colegio por dibujar en las mesas y con mi exjefe por dibujar sobre él (acerca de él, quiero decir). Para tranquilidad de mi madre (y mía) desde hace varios años me gano la vida por cuenta propia haciendo ilustraciones y murales por encargo e impartiendo clases de dibujo. En 2013 comencé a hacer viñetas y tiras cómicas que compartía en mi cuenta de Instagram @rene_estamal. En plena pandemia publiqué mi primer libro Está mal, pero se puede empeorar (Lunwerg, 2020) y, un año más tarde, Un día ocurrió (Lunwerg, 2021).»