A pesar de la riqueza y el alto nivel de desarrollo que ha alcanzado nuestra sociedad, también se han desarrollado importantes procesos de exclusión social, y existe un gran número de personas que viven en la calle, tanto en la ciudad como en el medio rural. Desde la década de los ochenta el perfil sociológico del 'excluido' ha pasado de ser el tradicional mendigo a los drogodependientes, parados de larga duración, mujeres y jóvenes en dificultad, discapacitados psíquicos y físicos, ancianos e inmigrantes sin papeles. Al mismo tiempo, también las organizaciones sin ánimo de lucro han experimentado un espectacular avance para elevar sus niveles de calidad en lo concerniente a las normas y métodos de gestión que han de aplicarse, han evolucionado de la tradicional caridad religiosa a formular proyectos sociales dirigidos a la multicausalidad del problema.Basado en el trabajo llevado a cabo por la Oficina de Seguimiento y Apoyo de proyectos Sociales (OSAPS) y la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, Un techo y un futuro sistematiza los elementos más comunes de dichas prácticas, ofreciendo contrastadas orientaciones para la planificación y aplicación de actividades de intervención social destinadas a la mejora de la calidad de vida de los llamados 'sin techo'.