Su rostro era hermoso y gastado como el rostrode una estatua roída por el mar.Estos versos de Sophia de Mello Breyner dan título al nuevo poemario de Antonio Montes y representan, quizá, el mejor resumen de lo que podemos encontrar en sus páginas: el mar como objeto poético cercano e inabarcable, la constatación del paso del tiempo y sus efectos, la admiración ante las creaciones artísticas, el amor en cualquiera de sus estadios, todo ello desde una máxima preocupación por la búsqueda de la palabra exacta y la imagen evocadora.Los poemas contenidos en este libro entienden su propia realidad como una indagación, como una permanente capacidad de sorpresa ante la cotidianidad, como búsqueda y encuentro, como una forma de enfrentarse a la realidad, al pasado y a la incertidumbre. La poseía como posibilidad. La poesía como intento de explicar con palabras lo que no sabemos, lo que queda más allá del conocimiento y que, a la vez, nos es tan cercano como un puñado de arena que se escapa entre los dedos.Una voz poética singular que procura la emoción y la búsqueda del absoluto. Un libro que no ofrece respuestas, ni siquiera plantea preguntas, tan solo intenta señalar hacia un leve resplandor que queda oculto en la vorágine de una cotidianidad que cada vez deja menos tiempo para la reflexión pausada.